Como es bien sabido, son muchos y numerosos los impactos negativos derivados de las infraestructuras aeroportuarias y sus actividades, como puede ser el impacto ambiental, tanto sobre el aire o el agua, o el consumo de energías, por lo general no renovables (P. Morrell y C.H.Y. Lu, 2000), pero más directamente sobre la sociedad destaca el impacto acústico, tanto del tráfico aéreo como del rodado, ya que es aquel que afecta a una mayor cantidad de población debido a su sensibilidad. Aunque es necesario señalar que la afectación a la sociedad se encuentra relacionada con su proximidad a la infraestructura, ya que a mayor cercanía de las infraestructuras aeroportuarias mayor es su afectación. Así pues, tal y como indica el Foro Colaborativo de los Participantes de Transporte Aéreo (FCPTA), el 7% de la población expuesta a impactos sonoros derivados del transporte reside en entornos aeroportuarios (J.M. Seguí et al, 2004). Lo mismo ocurre con el resto de impactos que, del mismo modo que el ruido, también afectan en mayor parte a la población cercana. Este impacto negativo sobre la población local se encuentra contrastado con los beneficios, los cuales, aparte de locales, también se encuentran distribuidos a lo largo de la región o nación en la que se encuentra el aeropuerto (J. Tomkins et al, 1998).
A continuación, procederemos a analizar aquellos impactos provocados por los aviones tanto desde el punto de vista económico como social. Se da por supuesto que nuestro objetivo es el territorial, el cual será tratado con un mayor detenimiento a lo largo del blog.
Los impactos acústicos generados por los aeropuertos.
